El único rastro del cráneo es una pequeña gema verde. Una filactelia según comentan los clérigos. Imposible de destruir sin conocer el verdadero nombre del nigromante. Considerablemente dañados deciden tomarse un descanso para seguir investigando el templo mas tarde y así poder encontrar el nombre del nigromante causante de todo.
Lamentablemente durante el descanso el alma del nigromante contenida en la filactelia va susurrando palabras emponzoñadas en la mente del asesino, su portador. Cuando están dispuestos a seguir con la marcha el asesino acaba con uno de sus compañeros a sangre fría. Consiguen reducirlo y arrebatarle la filactelia, pero el daño ya esta hecho. Dejando la filactelia oculta en una celda siguen explorando el templo. descubren para su asombro que todo a su paso ha sido recogido. No hay señal de los numerosos combates que han librado en el templo. Casi como si lo hubieran preparado para recibir a nuevos exploradores. Tras un par de puertas secretas descubren a un gnomo preso, víctima del mismo engaño que los aventureros y una sala llenas de nombres escritos en columnas por una extraña criatura encapuchada. El escritor protegido por una sombra asesina logra huir. Cada vez entienden menos para que se los ha atraído al templo. Una rápida inspección de los nombres en las columnas les hace descubrir los suyos propios. El ultimo nombre escrito es el de Dorrick, ahora tachado y el anterior el de Rufus, pero ¿Que hacen sus nombres en las columnas? Mientras están haciéndose estas preguntas el zombie de su compañero asesinado se acerca con un pequeño fajo de papeles atado al pecho. Según parece el nigromante quiere parlamentar...
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