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[Crónica] Las Arenas de Mahkra VIII: La rosa del desierto

Al estupor que les ha producido el ver como uno de sus compañeros se ha convertido en humo negro le sucede el pánico al ver cómo ese humo se adhiere a su piel contagiándoles la plaga de aswad. Ahora entienden lo de las ausencias de Abdel. Sin su ayuda no pueden encontrar el resto de las llaves.


Mientras deciden qué hacer, un extraño lagarto del desierto se acerca a ellos y comienza a trazar círculos para llamar su atención. Parece querer que le sigan. Aunque al principio les resulta una locura deciden seguirlo, ya que  no tienen nada que perder. Dos días después descubren que el lagarto les ha conducido hasta un campamento de nómadas. Afortunadamente los viajeros del desierto son aquellos con los que se encontraron hace días en el pedregal. Los nómadas están preocupados, su líder se ha contagiado de la aswad. Los aventureros tienen un objeto purificador que podría anular la plaga de Lufti, pero no saben si van a necesitarlo para ellos mismos a raíz del contagio tras el humo negro. Quedan pocas cargas del objeto, pero hicieron buenas migas con el elfo y además sospechan que se trata de la rosa del desierto, por lo que hacen un trato con él. La cura y el resto del tesoro que encontraron en las catacumbas del río subterráneo por su djinn. Lufti accede y así obtienen una nueva llave. Su siguiente parada es en el palacio del sol según les dijo Samâd el eterno. El líder de los nómadas les cede camellos y hombres para llegar hasta Ababwa, donde podrán tomar un navío hasta la isla del sol, donde vive el sultán Abyad, señor del mar.
Durante el viaje a Ababwa la plaga de aswad se desprende de la piel de los aventureros en mitad de un humo negro y Abdel Ben Sufí aparece ante ellos, sin recordar nada de lo sucedido. Los aventureros le ponen al día de sus averiguaciones y le entregan el djinn de Lutfi que tras ser liberado completa parte del tatuaje de Abdel, con lo que solo les queda por encontrar la mitad de las llaves.


Ababwa es una ciudad rica y prospera dirigida por el gran príncipe Alí. En el puerto contratan un viaje sencillo hasta la isla del sol. Son comunes estos viajes, ya que el palacio se ha convertido en una atracción turística. Son muchos los que visitan sus esplendidos jardines y admiran la magnifica arquitectura que de su palacio. Una vez llegan a la isla del sol, desembarcan en un pequeño puerto pesquero donde pueden contratar una de las numerosas caravanas de viajan hasta el centro de la isla, ya que allí se encuentra el hogar del Sultán. Toda la vida en la ciudad se organiza en torno al palacio. Los aventureros visitan los jardines tratando de investigar posibles entradas al palacio. Durante la visita averiguan varias cosas.
El sultán hace años que no recibe a nadie, vive encerrado en su palacio rodeado de sus concubinas y enormes eunucos de piel oscura que le protegen. Existen tres formas de acceder al interior del palacio. Por los jardines del este, cuya entrada está vigilada día y noche por eunucos. Saltando la muralla enfrentándose a los numerosos leones que campan a sus anchas por los patios y jardines del interior del palacio o por el lago tras el palacio, al que dan a parar las alcantarillas del mismo.


Tras descartar el enfrentamiento directo, se deciden a envenenar carne para eliminar a los leones del palacio,  arojándola tras las murallas. Desafortunadamente, el plan es un fracaso, ya que los leones que merodean por los jardines y los patios de palacio ni se acercan a los trozos de carne envenenada.
Su segunda opción es el lago. Con ayuda de los djins que llevan logran acceder al interior de las alcantarillas de palacio, tras acceder a ellas por una verja sumergida bajo el lago.
Según parece un poderoso djinn es el encargado de distribuir agua corriente por todo el palacio y purificar el agua de las cloacas enviando los desechos al lago. Tras acceder al interior del palacio por una de las letrinas, se disponen a inspeccionarlo con la ayuda de Abdel que "siente" la proximidad de la siguiente llave. ¿serán capaces de hacerse con la llave sin alertar al sultán y los eunucos?



ESCRITO POR Ignaudito

El ínclito, imaginativo, inoportuno, inventivo, incombustible, insustituible, intranquilo, inusitado, incansable, inigualable, insufrible, intransigente, inconfundible e inconmensurable Iñaki Raya.
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