Un nuevo dĆa amanece en SkƤgard. Todos en el pueblo visten sus mejores galas, esa maƱana tendrĆ” lugar La Thing, en la que se elegirĆ” al nuevo Jarl. Despues se despedirĆ”n del antiguo Jarl durante su funeral.
La vƶlva estĆ” inquieta, las tabas no le cuentan nada. Cada vez que las interroga, solo ve frĆo y nieve.
¿HabrĆ”n logrado convencer a la bruja del hielo?
Gudrum decide acercarse a la llanura de la Thing , que pronto comenzarĆ”, para salir de dudas. En lo mas alto del montĆculo de la Thing se esta construyendo una pira a la que lentamente se acerca el estrafalario Vesper con su destartalada carreta. Un par de hombres trasladan el cadĆ”ver del Jarl hasta lo alto de la pira. Gudrum busca en derredor a sus enviados
¿ serĆ” posible que lo hayan logrado, o tal vez ni si quiera hayan partido?.
El pueblo comienza a abarrotar la llanura, pronto tendrĆ” lugar la asamblea. Poco a poco llegan los hirdmen, escoltan a Alexander y sus testigos. Tiene lugar la Thing, donde se va asegurando en el puesto de Jarl el barbilampiƱo Alexander. El bersekr, la skalda y el espĆa son los testigos de Alexander.
¿ Es que se han vuelto todos locos, no ven que el Alexander solo traerĆ” el caos al pueblo?
Stellan reanimado vistiendo sus mejores galas |
De repente los testigos de Alexander lo interrumpen, se dirigen a la multitud atrayendo su atenciĆ³n. Piden al difunto Jarl que identifique a su asesino. Alexander confiado echa un vistazo a los cadĆ”veres de los bersekrs Raumios, pero para su sorpresa el Jarl es liberado de sus mortajas por el aprendiz de Thurl.
Gudrum sonrĆe, ¿como habĆa podido dudar de sus tabas?
Para sorpresa de todos el difunto Jarl cobra vida y seƱala a su hijo, que cae de rodillas aterrado mientras el Jarl no-muerto se acerca lentamente sin dejar de seƱalarlo.
Los hombres de Alexander tratan de detener al no-muerto, pero La skalda, el espĆa y el berserkr acaban rĆ”pidamente con ellos. Stellan estrangula a su hijo hasta dejarlo inconsciente, tras lo cual lo arrastra hasta la pira, donde el aprendiz de Thurl les prende fuego.
Entre los gritos de agonĆa de Alexander se elige a un nuevo Jarl. Asombrosamente La voz cantante la lleva Sigfrid Svendottir, la aprendiz de Skaldo.
La vƶlva saca las tabas y las arroja sobre la la explanada de la Thing. ¿quien sabe a donde les llevarĆ” este nuevo cambio?
Tundra se marcha de la aldea, no concibe recibir Ć³rdenes de una mujer y menos de aquella que ha probado a medio pueblo. ConfĆa en que los dioses guien a su padre y el resto de su familia...
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